miércoles, 21 de enero de 2009

Sanidad...y consumo (nunca mejor dicho)




Siempre he mantenido que uno de los pilares de la actual crisis financiera, ha sido el desmedido impulso a consumir todo, aquí y ahora. Todo eran facilidades para comprar lo que fuese, incluso sin tener dinero. Creándose además un clima de “exclusión” si uno no participaba en el festín (“¿todavía vives de alquiler?”, “¿por qué no pides un préstamo para irte al Caribe?”, “el que no se compra un coche ahora es por que no quiere”).

Irremediablemente, ese impulso consumista se ha visto duramente recortado por la situación desde el punto de vista económico. Pero no desde el punto de vista social y humano. Para ejemplo, la nueva campaña de reparto de preservativos en los Institutos del Ministerio de Sanidad. Vamos a seguir promoviendo el “aquí te pillo, aquí te mato” entre chavales de 14 años.

Decía ayer el Sr. Ministro que había que conseguir que ese 25% por ciento de chavales que todavía no utilizan condones, se unieran al carro. Nada, de “vamos a enseñar a los jóvenes, lo que es el respeto por la otra persona, que el sexo con o sin preservativos tiene consecuencias, lo que supone ser padre o madre”. De eso nada, que salgan al campo y disfruten como animales que ya la vida pondrá a cada uno en su sitio.

Las enfermedades de transmisión sexual son reales, y algunas como el sida, una autentica desgracia, pero no deben ser la excusa para este tipo de campañas y comportamientos.

Los embarazos ahora llamados “no deseados”, son consecuencia de un acto natural cuyo resultado es el posible embarazo. Quien tiene relaciones sexuales, puede quedar o dejar embarazado. No vale el “yo no lo deseaba”. Es tan natural como cuando uno tiene que ir al retrete después de comer. ¿os imagináis si nos pusiéramos un tapón de corcho en semejante sitio por que tenemos un apretón “no deseado”?

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