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Ayer tuve la oportunidad de asistir a una entrega de premios que, anualmente, realiza un reconocido diario de la provincia en donde vivo. Todo grandes discursos, presencia de cargos públicos, reconocimientos, alabanzas y aplausos políticamente correctos. Hasta que por fin, uno de los asistentes, que además fue premiado por su labor empresarial, fue rotundamente sincero. Dijo, para empezar su discurso, ante la atenta y elegante audiencia: "Me van a perdonar uds. por que estoy un poco nervioso. Esto no es lo mio. Lo mio es trabajar en el campo".
Gracias a que lo suyo no es el discurso fácil y vacío, ni las apariencias, ni la política, ha sido capaz, con su trabajo de crear una empresa y sus correspondientes puestos de trabajo. Comercializa sus productos con gran éxito, empezó con premiados quesos, los "maridó" con producción de vino, también de la zona, y ahora apuesta por el aceite. Trabajo, simplemente trabajo.
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