sábado, 17 de abril de 2010

Soplen serenas las brisas.


El 20 de enero de este año, deseaba suerte a los soldados que partían a Haiti a tratar de poner en pie un país que se había venido abajo a causa de un terrible terremoto. Hoy me llegan noticias de que cuatro de nuestros soldados destinados a la isla han fallecido en un accidente de helicóptero. La noticia es dura de digerir, mas aún, cuando a falta de confirmación (siempre queda ese hilo de esperanza y seguiré rezando por ello), en casa conocemos al piloto de la aeronave. Que nadie olvide nunca a los que dan la vida por los demás y por España.

Tú que dispones
de cielo y mar,
haces la calma,
la tempestad.
Ten de nosotros Señor,
piedad,
piedad, Señor,
Señor, piedad.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es una pena que haya sido un acontecimiento como este el que haya hecho que vuelvas

Os acompañamos en el sentimiento y no te marches muy lejos Templador