Hoy de camino al trabajo, me fijé en un grupo de niñas que estaban sentadas en la puerta de su casa. Una de ellas tenía sobre sus rodillas uno de los portátiles que la Junta de Andalucía ha entregado a nosecuantos mil alumnos. Navegaban y reían mientras comentaban lo que iban viendo. Justo al pasar por delante, una de ellas eructó (vamos, se tiró un flato) que se tuvo que oir unas calles mas abajo. Es reconfortante ver como nuestros gobernantes influyen de forma tan eficaz en la formación de nuestros hijos. Los ordenadores habrán quedado muy bien en la foto de los políticos, pero ya empieza a pasarnos factura del déficit educacional que sufren las nuevas generaciones. Y si ya estamos rodeados de mangantes, a saber lo que vendrá.
1 comentario:
Además, como no podía ser de otra manera los portátiles, junto con las mochilas que también han repartido, están fabricados en Andalucia, dando empleo a los andaluces. ¡Ay!¡Vaya, qué no era ni en Andalucía, ni trabajo para los andaluces!
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